La radiofrecuencia es un método avanzado para mejorar la flacidez y textura de la piel, sin necesidad de producir incisiones en la misma y sin necesidad de períodos de recuperación.
Es ideal como tratamiento indoloro y no invasivo que ofrece resultados rápidos y efectivos,
reafirmando la piel en muy poco tiempo.
La radiofrecuencia facial define el contorno de los ojos, reduce la papada, disminuye las bolsas y ojeras, alisa arrugas y líneas de expresión, así como mejora la piel de los párpados y cejas cuando a veces está un poco caída.
Estimula los fibroblastos a través de calor intradérmico, consiguiendo la regeneración de colágeno y mejorando los tejidos y la elasticidad de la piel.
Permite atravesar la dermis sin dañarla y acceder a las capas más profundas de la piel consiguiendo un efecto rejuvenecedor.
Con la radiofrecuencia no sólo estarás más bella, sino que además otorgarás frescura y descanso a tu rostro.
La radiofrecuencia es uno de los tratamientos estéticos que más se ha probado en los últimos años. El objetivo del mismo es la prevención y la corrección para provocar efecto tensor visible desde la primera sesión.
Beneficios de la radiofrecuencia
- Desintoxica: facilita que las toxinas puedan dividirse en unas partículas más pequeñas para que luego sean eliminadas a través de la orina. Por eso muchas veces es necesario acompañar este tratamiento con otro de drenaje linfático.
- Mejora la musculación: al tensar los músculos, la radiofrecuencia actúa afirmando el tejido conectivo del músculo. Esto es importante porque a medida que va pasando el tiempo, nuestros músculos pierden su firmeza natural.
- Oxigena y nutre la piel: mejora la circulación sanguínea y, como consecuencia, el oxígeno y los nutrientes llegan a esas zonas tratadas a las que normalmente éstos ya no llegan.